Todo el mundo te dice las graves consecuencias de que tu
bebé se chupe el dedo. En realidad lo hace desde el útero materno como
instinto, ese reflejo de succión que hará que empiece a mamar una vez haya
nacido. Posteriormente será un método de exploración. Rio se chupaba el puñito
de recién nacidita cuando tenía hambre. Con dos y tres meses lo tenía en la
boca constantemente explorando sus encías, deditos, lengua, etc. Ha empezado a
chuparse el dedo succionándolo claramente a los cuatro meses cuando quiere
coger el sueño, al mismo tiempo que ha comenzado a cantarse o hablarse suave.
Creo que es simplemente otra fase como parte de su desarrollo y su autoconocimiento. Ella sola es capaz de consolarse
o ayudarse a dormir, sin por ello dejar de ser necesaria nuestra presencia,
atención y cariño. Puede ser importante para su autoestima no intervenir ni
crearle dependencia a algo externo como el chupete. Es como si le dijeses: ahora que empiezas a
mostrar que eres autosuficiente, te lo impido y te hago dependiente. Y si es
una demostración de tener una necesidad sin cubrir, quizá deberíamos observar
si es hambre, sueño, ganas de jugar, etc, y no desviar la atención de la raíz
de un posible problema.
¿Por qué tanto empeño en evitar que se chupen el dedo? Se
relajan, les da consuelo, confianza, placer… Parece que la sociedad reaccione como se
hacía con la masturbación. No tendrá nada que ver, o sí… Creo que es una forma
más de expresión y si se prolonga más de lo esperado o se
convierte en un hábito constante que puede crear malformaciones quizá primero haya que
revisar si esas necesidades están cubiertas.. Según los estudios de la American Dental Association, un niño probablemente puede chuparse el dedo hasta los 4 ó 5 años sin
afectarle a los dientes.. A esa edad podemos ayudarles igual que
dialogamos con ellos y les apoyamos para dejar el chupete. Si cada niño
tiene un ritmo para madurar, creo que será cuestión de tiempo, como gatear,
andar, hablar, dejar el pañal… salvo que les impidamos confiar en sus
instintos, ser como son o incluso les lleguemos a ridiculizar o reñir..
Entonces seguramente tardarán más. ¿No queremos que nuestros hijos se conviertan
en adultos con autoestima, confianza y seguridad en sí mismos, capaces de
conocer y gestionar de forma sana sus propias emociones y con la capacidad de
superar sus problemas? Pues dejemos que se chupen el dedo!!
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