domingo, 9 de junio de 2013

Si todo está bien, está bien.

Hoy es domingo, final de mi semana 34. El día amanece tranquilo aunque he pasado una noche agitada. Tuve pesadillas y no paro de despertarme cambiando de posición por la incomodidad. Lleva unos días haciendo viento y tengo los oídos como tapados... Imagino que esta falta de sueño y descanso, más el cansancio de haber estado en las semanas de exámenes y correcciones, más la agitación que me supone saber que Rio está de nalgas y las semanas van pasando, hace qu esté más sensible, preocupada y con cambios de ánimo más evidentes. Intento respirar, positivizar, tener esperanza y confianza, pero a ratos asoma mi angustia y mi cansancio.
Mayo no ha sido un mes fácil. Si es cierto que las sensaciones durante el embarazo y las experiencias de la madre pueden influir en el bebé, puede ser que todo esto esté llegando a Rio. Creo que este mes he tenido que enfrentarme a muchos de mis miedos: que mi abuela enferme y mi madre esté en una situación dura y complicada además de incompatible con disfrutar de mi embarazo, el no tener las cosas a punto ya que ella iba a coser muchas cosas para Rio y ahora mismo no es posible, luego el estrés del trabajo (yo terminando el curso intentando dejar cerrados exámenes y notas para que no se queden colgados si me dan la baja y papá león con la noticia de que seguramente no le renueven el contrato). Todo cosas que podrían haber ocurrido en cualquier momento pero han asomado todas en este bonito mes de Mayo.  Evidentemente no ha pasado lo peor en cada caso. A mi abuela finalmente la operaron de cáncer y todo salió bien, ahora está recuperándose en casa de mis padres. Lo de papá león está por ver y si no le renuevan a lo mejor sale algo por otro lado. Yo ya he terminado los exámenes y espero que el lunes me den la baja.

Pero todos estos miedos, latentes, han aparecido a la vez más uno que lo ha superado todo, que Rio está de nalgas y asoma la posibilidad de una cesárea programada. He estado informándome, preparándome, para un parto natural,vaginal, respetado, sin intervenciones, sin anestesia, sin vía, sin episiotomía, preocupada por elegir el lugar adecuado donde ir a parir y con cierto miedo de ver que una vez en sus manos te expones a lo que ellos consideren y de golpe me veo enfrentándome a la peor de mis opciones, que te digan que por la posición del bebé, por "posibles" riesgos y "posibles" demandas, eligirán un día y una hora y sacarán a tu bebé, que así es más seguro. Y tú ves cómo se te desmonta tu mente y tu cuerpo ante esa noticia. Primero que si la nena y yo estamos sanas y estamos bien no entiendo esa prisa. Si Rio quiere darse la vuelta tiene tiempo hasta el mismo momento del parto, que también se podría ver la opción de un parto vaginal si las circunstancias lo permiten. En fin...
Asoma la idea de que algo no va bien, cuando no es así. El tiempo es relativo y solo Rio y yo viajamos al mismo ritmo. Hay tiempo. Y desde luego que si el estrés afecta a que los bebés se den la vuelta, éste ha sido sin duda el mes.
Ahora mismo solo quiero disfrutar de mi tiempo tranquila, con Rio, a nuestro ritmo. Pasear por la playa, dormir, leer, cantar, bailar, soñar despierta, preparar sus cosas, visualizarla en su cuna, sentir su cuerpo dentro del mío y esperar el momento en que ambas decidamos conocernos. Y cuando llegue ese día ya veremos qué ocurre, si Rio ha girado o si sigue igual, si sucede de un modo u otro. Pero ahora solo sé que el tiempo que nos queda nos pertenece y nadie va a decidir salvo nosotras cómo vivirlo. Si todo está bien, está bien y ya se verá.